El mercado de las apuestas deportivas online continúa al alza en España. Según los últimos datos de la Dirección General de Ordenación del Juego, el sector registró en el tercer trimestre del pasado curso una recaudación bruta de ochenta y nueve millones de euros, lo que supone una tasa de crecimiento de casi cincuenta puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del ejercicio previo. Las cifras tampoco defraudan en cuanto a la participación, y es que los registros más recientes apuntan a más de seiscientos mil jugadores activos, que disponen a su vez de un total de setena y ocho operadores con licencia donde elegir.
Llegados a este punto, es importante señalar que para iniciarse en las apuestas deportivas no basta con conocer el contexto en el que estas se desarrollan. Para obtener ciertas garantías de éxito también es aconsejable estar al tanto de otras cuestiones igualmente cruciales: saber identificar plataformas de confianza, comprender el funcionamiento de las cuotas y tener claro que la responsabilidad es el eje sobre el que debe pivotar todo el juego. A continuación, un pequeño repertorio de consejos diseñado para agilizar la experiencia de todo apostador primerizo.
Cómo elegir una casa de apuestas
Ante la amplia variedad de casas de apuestas que ocupan el mercado, la duda inicial entre los jugadores novatos suele ser siempre la misma: ¿cuál es la mejor? La competencia entre las distintas compañías por reinar en el panorama ha propiciado que todas ellas ofrezcan servicios especialmente atractivos, por lo que en materia de bonos, premios, facilidades y oferta de variables no suele haber mucha diferencia entre un operador y otro.
Ahora bien, para minimizar riesgos que puedan comprometer la estabilidad financiera del usuario es imprescindible comprobar que la plataforma en cuestión dispone de los sistemas de ciberseguridad más avanzados que existen. No en vano, es recomendable cerciorarse de que la página incorpora en sus pasarelas de pago el conocido como certificado SSL (Secure sockets layer), un software que se ocupa de encriptar los números de cuenta y las claves privadas que se transfieren desde la web hasta el servidor. Esto permite que la información personal se mantenga siempre a salvo frente a la amenaza de los hackers.
Bajo esta misma línea, también hay que asegurarse de que la plataforma dispone de un buen protocolo de verificación de identidad, y es que gracias a esta tecnología es posible ponerle freno a los delitos de suplantación de perfiles. El más conocido para las casas de apuestas nuevas es el sistema KYC (Know your customer), dotado incluso de elementos biométricos como el reconocimiento facial y el escaneo de huellas dactilares para la identificación precisa de quienes tratan de acceder a una cuenta.
Una actitud coherente
Toda vez que el operador reúne estos requisitos elementales, llega el turno de asumir que la coherencia, lejos de pretensiones ilusorias, debe ser el motor que guíe cada una de las decisiones que se tomen a la hora de apostar. El jugador tiene que ser consciente en todo momento de cuáles son sus limitaciones económicas y no poner en riesgo más dinero del que puede permitirse. Una de las fórmulas que mejores resultados aporta al respecto es la de mantenerse fiel a un plan de juego preconcebido, sin actuar de manera impulsiva y caprichosa, donde se contemple desde un análisis real cuáles son las posibilidades que existen de perder. Esta objetividad es la que desacelera los juicios apresurados.
Con esta casilla de salida, lo ideal es ser sincero con uno mismo y delimitar cuáles son las disciplinas deportivas y las competiciones sobre las que se tiene un conocimiento verdaderamente profundo. El apostador consigue con esto no dejarlo todo en manos del azar, sino involucrarse en el juego de una manera más controlada, con cierto conocimiento previo de las probabilidades que se presentan. Está claro que cuanto mayor sea el nivel de especialización, menor será el porcentaje de imprevistos que uno asuma en sus pronósticos.
Otra de las claves que ayudan a remar en este mismo sentido es el análisis de estadísticas. Lo conveniente es estudiar bien cada uno de los detalles que puedan intervenir en el desarrollo de la apuesta. Por ejemplo, si se trata de un partido de fútbol, no está de más conocer cuáles son los registros de cada equipo, en qué estado de ánimo llegan los jugadores o cuántos lesionados tiene la plantilla. Son datos, en definitiva, que ayudan a ser más racionales en el juego.